Tras saber la noticia rápidamente un grupo de catequistas buscó la forma a
La Parroquia le entregó un cuadro de la Patrona, una placa conmemorativa y un cuadro del escudo de la Escuela Naval Militar ya que el siempre fue muy aficionado de la Armada Española.
Las palabras de despedida fueron estas:
“Todo lo que haya hecho pues siempre ha sido después de las consultas, el beneplácito y la aprobación de D. Ángel. Pues era el Párroco, pues el tiene la culpa de todo no podía ser de otra manera. Han sido dos años intensos. Marín fue mi primer destino y llevaré con todo mi corazón, nunca he pensado estar aquí. Yo ahora me voy para ZAS pero tendréis que saber que al celebrar las misas allí ya no es el mismo altar como el de Marín, que sepáis que en la patena de la eucaristía allí estaréis también vosotros en ese ofrecimiento a Jesús.”.
“SEVERO NUNCA TE OLVIDAREMOS TE LLEVAMOS EN EL CORAZÓN PARA SIEMPRE”.
TU QUERIDA PARROQUIA DE MARÍN
Artículo extraído de la hoja parroquial "Contigo"
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